Por: David Obscura
ZIHUATANEJO, GRO.- El sonido se extendía por el andador Paseo del Pescador, en la bahía de Zihuatanejo; era algo extraño, nuevo, jamás escuchado pero al mismo tiempo familiar como si fuera conocido ¿a caso se asoma la memoria milenaria humana?
Los turistas y personas de la localidad caminaban, muchos buscando con la mirada lo que podría estar originando ese ruido armonioso que lograba meter a los más sensibles en una frecuencia de tranquilidad.
En la plaza del artista, Carlos Huitzibalam Cuellar, músico antropológico originario de la Ciudad de México, estaba parado esa noche y sostenía un tubo o serie de tubos conectados como una especie de saxofón u oboe antiguo, y soplaba a una boquilla para realizar variaciones del sonido sin embargo este era constante por largo tiempo.
Emanaba misticismo que atraía a las personas, pero se mantenían a cierta distancia. Un visitante se acercó y depositó unas monedas en el canasto, pero no quiso dar su opinión sobre lo que escuchaba, “pregúntele a él” dijo al señalar al músico y huyó de este reportero.
EL DIDGERIDOO y LA TROMPETA MAYA
El instrumento es el Didgeridoo, en su variante Didgesax, que es de origen australiano, fabricado con maderas de pino, alder rojo y caoba, el cual se calcula fue inventado hace unos 10 mil años, pues se halla representado en imágenes de pinturas rupestres.
En tanto el otro instrumento que domina Carlos Huitzibalam, es la Trompeta Maya, la cual está hecha con quiote que es el corazón del maguey, también de los instrumentos más antiguos de la humanidad, que está representado en los murales de bonanpak.
EL RESCATE DE LA MÚSICA ANCESTRAL
- ¿Como es posible que dos instrumentos ancestrales de culturas distintas y tengan similitud?
- Es impresionante. Hay algo que los australianos, (ya cuando llegan los ingleses), lo llaman el tiempo de ensueño, yo digo que a través de ese tiempo de ensueño pudieron haberse conocido a través de esa magia: aquella leyenda dice que un ser de las estrellas vino y les enseñó a tocar el instrume to.
-¿A que se enfrenta un músico prehispánico, que no alcanza los beneficios económicos de la musica comercial?
-Para empezar es uno muy necio y como dice Omar de la Tejera, que ahora se encuentra en Francia porque parece que con este tipo de instrumentos nadie es profeta en su tierra: “el Didgeridoo es para todos, pero no todos son para el Didgeridoo”, por tratarse de un instrumento raro, antiguo, muy ancestral, creo que en ese proceso él te llama.
-¿Hay quien busca este tipo de música?
-Actualmente hay quien contrata para meditaciones, sonoterapia, sesiones de yoga ya que además estudie Sanación Vribracional, sin embargo no me considero musicoterapeuta.
Sin embargo al ser instrumento desconocido se tiene un mercado no explorado porque la única referencia que tengo en México es Jorge Reyes, que en paz descanse; hizo música prehispánica y tomó el instrumento y lo adoptó a lo mexica.
-¿Donde hay más cultura y aceptación de este arte?
-En la Ciudad de México hay bastante cultura. El amigo, Jonathan Martínez Machain, que hace el instrumento es el único en Tijuana y en otros estados son contados, incluso en CDMX somos muy pocos los que tocamos este instrumento.
-¿Que te dice la gente cuando tocas en la vía publica?
-Tengo varios años tocando voy a cumplir diez años el primero de agosto, día de la pachamama. Antes me molestaba que dijeran el chistecito de “mira que pipota, saca el toque; está bien chido”. Pero por otro lado hay quien realmente lo disfruta y dice que vibra todo su cuerpo y en ese sentido las vibraciones también se usan para sanación: yo salgo para desmaquinizar un poco el estado de animo de las personas; si vienes todo agachado te preguntas que es esto, pero puedes hacer cambiar un poquito aunque sea un minuto ese chip.
Algo que me agrada mucho es ver bailar a los niños con la música de estos instrumentos es algo bien interesante y bien bonito porque ellos lo sienten y se mueven y el que está neurótico es el adulto, el papá generalmente que está jalando a los niños y no los deja escuchar.
Carlos Huitzibalam, hizo un llamado a la sociedad a no perder la curiosidad e interés y perder el miedo a preguntar a reconocer que es mucho más lo que desconocemos que y que en esta vida nunca se deja de aprender.
“Está muy arraigado lo tradicional mexicano y es bueno que lo disfruten pero si escuchan un nuevo sonido, no lo descarten o lo hagan menos”, subrayó.
Si quieres saber más de este artista, sus giras y sus instrumentos ancestrales, búscalo con su nombre en redes sociales.