#Columna LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
¿Ruptura Astudillo-Añorve?
Podría ser tan sólo un amague político. De esos que ya hicieron costumbre. Al final, siempre se reconcilian y logran acuerdos. Un indicio de lo anterior ocurrió apenas en agosto de 2021, cuando en una conversación telefónica filtrada, el senador priista Manuel Añorve se quejó amargamente ante el actual edil de Iguala, David Gama Pérez, de que el exgobernador Héctor Astudillo “impuso a Mario Moreno como candidato a gobernador del PRI y pactó una alianza con el exgobernador Ángel Aguirre”. Pero esa alianza ya es vieja. Y es justo allí donde funda sus temores el actual senador tricolor. Basta con rastrear las pistas.
PRI: DISPUTA POR EL LIDERAZGO. – De entrada, Héctor Astudillo quiere lo poco que queda del pastel priista. Sabe de antemano, que las rebanadas no alcanzan para todos los grupos internos dada la amenaza del Morena que, con todos sus déficits en materia de gobernanza, le alcanza todavía para retener la mayoría de sus espacios en la próxima elección federal del 2024. Y si con el senador Manuel Añorve fueron aliados por mucho tiempo, el hambre del poder de ambos estaría situándolos en un inevitable conflicto anticipado. Las huellas son visibles: 1.- Tras la inconformidad del exgobernador priista guerrerense por la reforma estatutaria que prolongará el periodo del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” —lo cual le concederá la prerrogativa de influir decisivamente en la “selección” del candidato del PRI a la presidencia del país y “palomear” además, nombres en senadurías y diputaciones federales en otras entidades del país, Guerrero incluido—, el senador Manuel Añorve se mantuvo alejado de ella. Guardó un pesado silencio. Incluso, su esposa Julieta Fernández Márquez fue la única diputada local priista que no firmó el desplegado de sus otros diez compañeros de bancada, en el que se demandaba anular esas modificaciones a los estatutos priistas. E impedir que Alito prolongue su mandato. 2.-De las “sombras” priistas surgió de pronto, un escrito que condenaba la postura de Héctor Astudillo contra el dirigente nacional del PRI. Se le acusaba de corrupto, de haberle entregado al Morena la entidad a cambio de impunidad, y de hacer negocios con el exsecretario de gobernación de Peña Nieto y actual senador, Miguel Ángel Osorio Chong. “Millones de pesos en obras para el hermano de Osorio Chong y a su vez, estos le consiguieron obra a Javier Taja, prestanombres de Astudillo en Hidalgo, zona de influencia de Osorio”, dice el panfleto. Pero en realidad, la apuesta política de Astudillo para tomar por completo el control del PRI local, lo representa la figura de Osorio Chong quien es el actor formado en la primera fila de ese partido, para sustituir al polémico “Alito”. El escenario de poder se le descompone al exmandatario estatal si “Alito” permanece. Y por eso Añorve no ha dicho ni pío. Callado y sin chistar, gana en ambos lados. En cambio, Astudillo ya se metió al caliente comal. 3.- El senador Añorve teme al pacto político de Astudillo con el exgobernador Ángel Aguirre porque ya evaluó de antemano, la situación: la eventual alianza PRI-PRD para la elección federal de 2024, acordará y consensará los nombres de los candidatos agraciados para esa competencia electoral. Y seguramente, es ahí donde su nombre y el de toda su familia podrían ser desechados. Mantenerse alejado de la polémica que rodea al actual dirigente nacional del PRI, le garantiza en los hechos, la neutralización y hasta el eventual desplazamiento de Héctor Astudillo, como eje principal de esas negociaciones inminentes con el PRD. Es decir, la dupla Astudillo-Añorve ya entraron en el trayecto irreversible de abrir la lucha interna con el fin de disputar el verdadero liderazgo político al interior del PRI local. Con una ventaja para Añorve: como senador cabildea y abre picaportes en el centro del país, mientras que Astudillo, en la fría banca política y ya sin el poder del gobierno estatal, no le alcanza demasiado para manotear. Si la disputa entre ambos es real, en los próximos meses se percibirá el crecimiento natural de Manuel Añorve al interior del PRI nacional y local. Y el obligado relegamiento político de Héctor Astudillo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como no tiene fans ni rejuego político en el municipio de Eduardo Neri (Zumpango), la alcaldesa petista Sara Salinas Bravo, tuvo que conformarse con invitar al tradicional Paseo del Pendón de esa localidad ayer domingo, a un personaje ampliamente cuestionado: el ex rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán a quien nerviosa, confundió sus apellidos en una transmisión en Facebook: los cambió por Rodríguez Saldaña, que son los que lleva el secretario de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña, primo del ex rector. Que, para efectos de incompetencias y corrupción, son lo mismo.