Columna: Palabras Mayores, “Abelina, la parrandera ingrata”

Palabras Mayores

Abelina, la parrandera ingrata

Por Jorge Romero Rendón

Cansada –y harta- de estarse asoleando para posar fingiendo que ayuda en la limpieza de calles de Acapulco, en su búsqueda de las fotografías que levanten un poco su ya francamente mala imagen pública, la alcalde de Acapulco, Abelina López Rodríguez, fue captada en un bar con sus colaboradores y amigos, en mesas llenas de cervezas, mientras todos veían un partido de futbol en pantalla gigante.


Abelina fue grabada en un video llegando al bar y sentándose con sus cuates para entrarle a las cervezas sin pudor, aún con el chaleco naranja puesto –en día y horas hábiles-, como se ve en las imágenes difundidas por el columnista del diario nacional El Universal, Salvador García Soto, a través de Twitter y en las páginas –impresas y electrónicas- de dicho periódico.

El periodista criticó duramente a la alcalde, pues aseguró que los acapulqueños aún sufren por la tragedia del huracán Otis, mismos que denuncian la ineficiencia del gobierno en ayudarlos: “la alcaldesa se da su tiempo para disfrutar de futbol y de las porras de sus colaboradores que no levantan la basura y los escombros de las calles del puerto, pero sí la cervecita panbolera”.

En dicha grabación –cita El Universal- “se alcanza a ver una pantalla plana que transmite un partido de futbol y un lugar con mesas largas y abundantes cervezas; tantas que incluso usan los cartones para sentarse. Mientras los trabajadores del gobierno pasan por este momento agradable, cabe recordar que lancheros y pescadores de Acapulco trabajan a marchas forzadas para tener listas sus embarcaciones antes de la segunda semana de diciembre, pues consideran que se irán a la quiebra sin apoyo”.

La alcalde tiene todo el derecho de beber lo que quiera fuera de su horario de trabajo y preferentemente en privado, pues aunque no le guste, su comportamiento público es juzgado siempre por la ciudadanía, a la que se debe como gobernante. Lo malo es que sabiendo que cientos de personas la buscan y no la encuentran porque está encerrada en su oficina o en su casa, y ahora en bares de mala muerte, negándose a atender a la gente, mientras decide si se bebe una clara o una oscura, no le importa el sufrimiento colectivo.

Y lo malo para ella es que fue captada en una situación frívola a la que ningún alcalde tiene derecho mientras su pueblo sufre por escasez de agua; por la existencia de toneladas de basura y restos de los daños causados por el huracán; por la ausencia de sus policías en tareas de seguridad pública, temas que son de su principal responsabilidad, pues los otros son de competencia estatal y federal, aunque tanto la gobernadora Evelyn Salgado como el presidente Andrés López Obrador coadyuvan en esas tareas de tiempo completo para ayudar a la población.

De ahí que resulta más reprobable la conducta cervecera de Abelina, pues mientras los funcionarios y empleados de los otros niveles de gobierno trabajan largas jornadas, la edil se va a beber y a celebrar por un deporte del que no entiende nada.

¿Y así quiere llegar al Senadoo por lo menos quedarse otros tres años sentada en el trono del ayuntamiento acapulqueño…?

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